La plataforma medioambiental Recyclia ha batido su récord de recogida de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) en 2015, al retirar más de 20.049 toneladas. Esta cifra supone un crecimiento del 47% respecto a las 13.618 toneladas recicladas en 2014, y permite a Recyclia superar su récord histórico de 18.813 toneladas de residuos gestionadas en 2009, antes de la crisis económica. Desde que Recyclia inició su actividad en 2001, a través de las fundaciones Ecoasimelec, Ecofimática, Tragamóvil y Ecopilas, la plataforma ha gestionado más de 152.000 toneladas de este tipo de residuos.

En el crecimiento registrado en 2015, ha jugado un papel fundamental la gestión, desde hace dos años, de nuevas categorías de productos, tales como paneles fotovoltaicos, baterías de vehículo eléctrico y grandes electrodomésticos. Así, en el caso de esta última categoría, cabe señalar que Recyclia incorporó el año pasado a importantes fabricantes de grandes electrodomésticos. Ello ha originado que los kilos de aparatos de línea blanca puestos en el mercado por las empresas adheridas a Ecoasimelec, el Sistema Integrado de Gestión (SIG) responsable de este tipo de residuos, se haya multiplicado por cinco en 2015.

Asimismo, cabe señalar que, en 2015, la plataforma alcanzó las 975 empresas fabricantes adheridas, que pusieron a la venta más de 73.400 toneladas de aparatos electrónicos, un 45% más que en 2014.

Por lo que se refiere a su red de puntos de recogida, Recyclia desplegó 5.053 nuevos en 2015, hasta alcanzar los 46.551, convirtiéndose en la plataforma con la red más extensa de nuestro país.  De este total, 32.769 corresponden a recopiladores para pilas (+23% en 2015) y 13.782 a contenedores para aparatos electrónicos (+8%).  

Por otro lado, Recyclia ha conseguido elevar hasta el 91,4% el índice medio de reciclado y recuperación de materiales contenidos en los RAEE. En 2014, este índice se situaba casi siete puntos por debajo (84,5%).

Por su parte, Ecopilas, la fundación encargada de la recogida de pilas y baterías domésticas, industriales y de automoción, gestionó 2.522 toneladas de estos residuos en 2015. Desglosado por tipología, 2.162 toneladas (86%) fueron pilas domésticas, el equivalente al 36% de las puestas a la venta en 2015 por los fabricantes, de modo que la fundación supera en 11 puntos el objetivo obligatorio del 25% establecido por la normativa para 2015. El 10% restante de las 2.522 toneladas corresponde a pilas industriales y el 4% a baterías de automoción.

Según José Pérez, consejero delegado de Recyclia, “estos resultados muestran la creciente responsabilidad medioambiental de los ciudadanos y una mayor cultura del reciclaje.  Igualmente, también ha contribuido la optimización y eficacia de los medios que hemos puesto a disposición de ciudadanos, empresas y administraciones, para acercar y facilitar el reciclaje de todo tipo de residuos”.  “En 2015 –añade Pérez-, “nos hemos consolidado como principal plataforma de residuos electrónicos y pilas de nuestro país, debido al aumento e importancia de los fabricantes adheridos, la gestión de nuevas tipologías de residuos y el despliegue de puntos de recogida”.

Adelanto del objetivo de recogida de 2016

Como ya sucediera en 2014, el año pasado Recyclia superó, en algunas categorías de aparatos, el objetivo de recogida de residuos electrónicos que establece la nueva legislación para 2016, fijado en el 45% del peso medio de los aparatos puestos en el mercado durante los tres años anteriores. Es el caso de los aparatos médicos (137%), equipos de informática y telecomunicaciones (198%), grandes electrodomésticos (218%), instrumentos de vigilancia y control (429%) y electrónica de consumo (480%).

Cabe recordar que la anterior legislación establecía un objetivo obligatorio de recogida de 4 kilos por habitante al año, superado en 2015, al retirar, todos los sistemas colectivos de gestión que operan en nuestro país, 4,25 kilos.

Con el fin de alcanzar el 45% en el resto de categorías, Recyclia considera imprescindible adoptar medidas en materia de trazabilidad, control, sanción y sensibilización. Según José Pérez, “los RAEE se han convertido en un residuo estratégico. Su reciclaje permite ahorrar materias primas y energía, además de convertirse en un mercado rentable. Tal es así, que la Unión Europea prevé que el valor de recuperación de todas las categorías de aparatos se elevará hasta los 3.700 millones de euros en 2020”.

“Por ello”, -añade Pérez- “urge aumentar el control de los flujos nacionales y transfronterizos de residuos electrónicos y endurecer las condenas por infringir la normativa en esta materia, así como armonizar estas sanciones y los criterios de contabilización y trazabilidad de los diferentes flujos entre los estados europeos y simplificar los trámites administrativos para facilitar el control”.