Grup Balfegó solicitará en la próxima reunión de ICCAT, que se celebrará en Malta del 9 al 16 de noviembre próximos,que se tomen medidas para asegurar el cumplimiento de los acuerdos que fueron tomados en el seno de esta institución en 2014 en torno a la pesquería del atún rojo. De hecho, Balfegó expondrá el caso de Turquía, que presentó una objeción a la Norma de ICCAT que acordaba las cuotas de pesca para 2015, 2016 y 2017, y anunció que se asignaría, unilateralmente, una cuota adicional de 600 toneladas en 2015, y superiores en años futuros.

En este sentido, Balfegó cree que este tipo de medidas unilaterales, aun estando previstas dentro del Convenio de ICCAT, pueden poner en peligro el éxito en el control y la sostenibilidad de esta pesquería, objetivos para los que es necesario la implicación de todas las partes y de todos los países.

Balfegó entiende que, si un país decide incumplir las medidas de gestión y control unilateralmente, aun siendo legítimo, no debe gozar de la complicidad del resto de países de ICCAT.  Por ello, Balfegó reclama y exige que el resto de países de ICCAT cierre sus fronteras al atún rojo procedente de Turquía, y, especialmente, los principales importadores, que son: Japón, Estados Unidos y la Comunidad Europea.

Según Juan Serrano, director general de Grup Balfegó, “estas decisiones unilaterales ponen en peligro el control en la pesquería, siendo el pilar sobre el que debe aposentarse la sostenibilidad a largo plazo de esta pesquería. No podemos permitir –apunta Serrano- que la recuperación de esta especie habilite a que determinados países consideren que pueden decidir unilateralmente sus capturas y pretender seguir comerciando con el resto de países de ICCAT. El hecho de que países como Japón, Europa o Estados Unidos compren parte del atún de Turquía, les convertiría en cómplices de una explotación no sostenible de los recursos y comprometería el futuro de ICCAT, a la par que podría animar a otros países a seguir el mismo camino.”.

Es necesario recordar que esta pesquería es la más regulada y la que mantiene mayores niveles de control a nivel mundial. Por lo tanto, opina Balfegó, si se permite que determinados países desarrollen su actividad al margen de ICCAT, el estándar de control podría resquebrajarse, y poner en peligro la sostenibilidad de esta pesquería, que tanto esfuerzo y trabajo ha costado a los pescadores estos últimos años.

Balfegó ha solicitado esta semana a la Comisión Europea que la comisión negociadora de la UE incluya en su mandato estas peticiones, de cara a la reunión de ICCAT. También va a seguir insistiendo en la necesidad de optimizar medidas de gestión, como la de las tallas mínimas, las limitaciones temporales de pesca e inspectores en barcos, granjas y puertos e introducir nuevos mecanismos telemáticos para las comunicaciones sobre cualquier movimiento de las capturas y mercancías. Finalmente, volvió a requerir de la UE que, de una vez por todas, se equiparen las medidas de gestión del Atlántico Oeste y Este, que son más laxas y menos restrictivas.

Con todos estos objetivos, Balfegó expresó a las autoridades españolas y europeas que aprovechen en ICCAT la posición de fuerza que le confiere disponer de unas flotas que han sabido adaptarse escrupulosamente al plan de recuperación y a las restricciones y que han mostrado un alto grado de colaboración.

Una nueva campaña de record

Grup Balfegó agotó su cuota de atún rojo durante la campaña de pesca de este año en apenas 5 días de pesca. El año anterior apenas necesitó 24 horas y en 2013 sólo fueron necesarios seis días. Estos tres records constatan, según la empresa, la recuperación del stock y la biomasa de esta especie, tal como también apuntan las últimas evaluaciones científicas.

Según Balfegó, en la próxima reunión de ICCAT no se prevén incrementos adicionales de las cuotas y se volverá a aplicar el acuerdo que establecía un aumento gradual en tres años de 10.000 toneladas, con un TAC para 2016 de 19.440 Tm. y de 23.330 Tm. en 2017. Esta contención, según Balfegó, respalda aún más las peticiones de los pescadores legales frente a las acciones de países que no acatan estos pactos.

En este sentido, la compañía aporta su propio caso como ejemplo de éxito a la hora de gestionar la situación. Este año la compañía ha capturado un 33% menos de atún rojo que en 2006, cuando entró en vigor el plan de recuperación. Sin embargo, casi 10 años después, la empresa ha duplicado su número de trabajadores, y exporta a treinta países en todo el mundo. Además, ha puesto en marcha un plan de diversificación de su negocio, donde destaca Tuna Tour, una actividad turística única en el mundo y que este año ha llevado a L’Ametlla de Mar a más de 12.000 turistas para bañarse y bucear en sus piscinas entre cientos de atunes rojos.

Por la sostenibilidad de los ecosistemas

Finalmente, para Balfegó, otro tema que ICCAT debería acometer y empezar a estudiar es la incidencia que la sobreprotección del atún rojo está provocando en los ecosistemas del Mediterráneo y, por extensión, en otras especies y, por lo tanto, en otras pesquerías.

En este sentido, asociaciones pesqueras y organizaciones ambientalistas ya han dado la voz de alarma sobre el impacto que la abundancia de atún rojo está provocando en otras poblaciones, como podría ser la anchoa y la sardina.