Grup Balfegó exige a la UE que defienda los intereses del sector pesquero europeo y tome las medidas de presión necesarias para evitar que ningún país miembro de ICCAT incumpla el reparto de cuotas de atún rojo acordado en el seno de esta organización.

Para esta compañía, la inacción demostrada por la diplomacia europea durante la última reunión de este organismo, que acabó esta pasada semana en Malta, es un peligroso giro del modelo de gestión de la pesca del atún rojo de ICCAT y abre una nueva fase caracterizada por la relajación en los sistemas y medidas de verificación y control del de recuperación de la especie en 2006. Según Balfegó, esto pone en riesgo dicho plan, los logros alcanzados, la sostenibilidad de la especie y la pesca a largo plazo.

La compañía llega a esta conclusión principalmente por el rechazo a la propuesta del sector pesquero europeo de fijar un veto a la compra de atún rojo procedente de Turquía. Este país comunicó a ICCAT el año pasado su decisión unilateral de objetar el reparto y reservarse el derecho a pescar la cantidad de atún rojo que estimase. De hecho, Turquía ha pescado este año el doble de la cuota asignada, 1.222 toneladas en lugar de casi 700. 

El grupo pesquero considera que el desafío turco debería haber tenido una respuesta rápida y rotunda por parte de la UE y de ICCAT. A su juicio bastaría con que la UE y los principales importadores de esta especie, EEUU, Japón y Corea del Sur, cumplan el compromiso que adquirieron como miembros de ICCAT y prohíban en sus estados el comercio de atún rojo procedente de países que incumplan las normas de dicho organismo, en este caso del atún rojo turco.

Para Juan Serrano, director general de Balfegó, “No sólo se ha rechazado la propuesta, ni siquiera se ha debatido. Se ha producido un silencio sobre este tema. Ningún país miembro ha interpelado a Turquía sobre su postura. Esto crea un precedente muy negativo, mina la credibilidad de ICCAT y pone en riesgo la recuperación de la especie y la sostenibilidad de la pesca a largo plazo”.

La compañía española considera que la decisión de ICCAT respecto a Turquía constituye un precedente muy peligroso y que otros muchos países con cuota de pesca seguirán su ejemplo y empezarán a pescar más atún rojo al margen de los pactos y acuerdos globales firmados en ICCAT. Algo que ya comunicó Argelia en el plenario de ICCAT cuando rechazó aprobar la resolución final y el reparto establecido sino recibía un 5% del TAC. Esta nueva situación, en la que la UE exige a sus pescadores europeos lo que tolera a pescadores de otros países, provocará la deslocalización de actividades pesqueras y de acuicultura a estos países.

“El atún rojo, su conservación y recuperación y la gestión pesquera sostenible han quedado relegados por una coyuntura internacional y geopolítica especial, en la que Turquía ha adquirido de nuevo una posición estratégica fundamental. Esta es una baza que el país turco ha sabido jugar y aprovechar con el beneplácito de las potencias internacionales, incluida la UE, para las que hoy hay otros intereses más importantes que defender”, concluye Serrano.